Un turismo a medio gas

Elías Amor Bravo, economista

A estas alturas de año, y con un informe reciente de la Oficina Nacional de Estadística de Cuba, la entrada de turistas registra un descenso cercano al 5% con respecto al año anterior. No van bien las cosas. No pueden ir bien, con el modelo que actualmente tienen en funcionamiento.

En los cuatro primeros meses de 2013 han llegado a Cuba 273.928 visitantes, que representan una caída del 5% con relación a los 288.151 del mismo período del año anterior. Los datos son objetivos.

Los españoles caen cerca de un 40%, reflejando el signo negativo de la crisis. Por el contrario, la entrada de turistas en España ha dado uno de los mejores resultados de los últimos diez años.

Caen también en porcentajes superiores al 30% los viajeros procedentes de Argentina, lo que ofrece una idea de que no es la crisis económica lo que determina la menor afluencia turística a Cuba. Venezolanos y colombianos también descienden con intensidad, por encima del 20%.

En el lado positivo, registran aumentos del 11,% los alemanes, probablemente porque el año anterior no registraron datos muy favorables. Los canadienses, con un 1% siguen siendo el principal mercado de origen, pero ya da muestras de cansancio. Y los británicos, con un 8% de aumento, recuperan algo sus cifras absolutas, si bien 13.576 viajeros procedentes de este país suponen un porcentaje muy bajo con respecto al turismo total.

La estacionalidad del turismo que llega a Cuba muestra un perfil temporal descendente a partir de marzo, cuando finaliza la temporada alta, y que viene a tocar suelo hacia el mes de septiembre. Esta es la época en que se registran los peores resultados del año, de modo que es a partir de entonces cuando las cifras vuelven a crecer. La dinámica estacional de los últimos años permite observar con claridad este comportamiento interanual del turismo. El problema es que si en "temporada alta" las cifras no han dado los resultados esperados, y en abril ya se registra un descenso de la llegada de viajeros con relación al año anterior, lo que queda de año puede ser ciertamente negativo y dar pocos motivos de satisfacción a las autoridades.

Y eso que se ha anunciado a bombo y platillo la inauguración durante el presente año de una Marina por la empresa española Melia para cerca de 1.200 atraques con hotel y apartamentos incluidos. Este tipo de iniciativas que suelen contar con el respaldo, al menos en materia de derechos de propiedad, del régimen castrista, no parecen generar los incrementos necesarios de las cifras de turismo. Tal vez habría que pensar en otro tipo de ofertas que tengan mayor atractivo para los viajeros internacionales.

El problema es ciertamente más complejo que todo eso. Desde el período especial, la necesidad de buscar financiación internacional llevó al régimen a situar las remesas, el turismo y la biotecnología como los motores de captación de recursos. Al parecer uno va bien, las remesas, el otro ya se verá, la biotecnología, y el turismo, a pesar de los esfuerzos, no acaba de ofrecer los resultados esperados. ¿Alguien sabe por qué será?

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