Apuntes para una propuesta sobre la unificación monetaria en la economía castrista

Estoy seguro que este será uno de los asuntos que nos van a ocupar, y preocupar, intensamente a los economistas que tratamos de aportar alguna luz al intrincado y complejo galimatías que está creando la aplicación de los llamados "Lineamientos" a la economía castrista.

En principio, parece existir un acuerdo que sin unificación monetaria, la economía no podrá superar su atraso e ineficiencia, pero también hay analistas que piensan que este proceso no se puede acometer de cualquier manera y que, en las condiciones actuales, existe poco margen para emprender aventuras cuyo resultado es cuando menos incierto, y con los efectos y consecuencias negativas que, en este momento, son imposibles de aventurar.

Para aportar alguna sugerencia al qué hacer, sería muy conveniente iniciar un profundo análisis sobre lo que significa la dualidad monetaria en la economía castrista, sus orígenes, la justificación si es que existe alguna, y a partir de ese diagnóstico, tratar de ofrecer algún marco lógico que permita reconstruir la unidad de la moneda.

Los datos de partida son los siguientes. Actualmente tienen curso oficial en la Isla dos monedas. El peso cubano tradicional, y el CUC, que se hizo equiparar en su día al dólar, y que sigue ahí fijado a ese nivel sin alteración alguna. La paridad entre las dos monedas se ha fijado oficialmente en 1 CUC por 24 pesos cubanos. Los cubanos que tienen acceso a la moneda más fuerte lo único que deben hacer es calcular sus rentas y los precios de los productos y servicios que desean adquirir con ese sencillo cambio.

De ese modo, en el interior de la economía rige un sistema de tipo de cambios fijo en medio de un proceso de cambios tímidos que buscan la apertura de un pequeño sector de trabajadores por cuenta propia en un reducido número de actividades sin establecer un sistema de derechos de propiedad y con una elevada participación de la planificación central como instrumento de asignación de recursos, en vez del mercado.

Situaciones con la descrita no son sostenibles. Por ello, se hace necesario dar una solución al problema. No puede mantenerse en funcionamiento durante mucho tiempo una economía en la que el acceso a determinados bienes y servicios exige pensar y disponer de CUC, mientras que los ingresos vienen determinados por la moneda débil.

Superado el objetivo recaudatorio de la fijación de la dualidad monetaria, sería conveniente pensar si su mantenimiento en el tiempo por las autoridades obedece al objetivo de frenar el crecimiento de la oferta e impedir una generalización de los intercambios de mercado, o la fijación de bajos salarios cuya relación con la productividad no se sostiene. La circulación de las dos monedas presenta una serie de efectos que los economistas conocen bien, porque han sido estudiados en la ciencia, y conducen a costes administrativos, de falta de información, o de distorsión en las decisiones de los agentes.

Es por ello necesario empezar a pensar en cómo poner fin a la dualidad monetaria. Algunos economistas del régimen castrista han fijado 2016 como una fecha posible. La observo lejos. Creo que se debe resolver antes, pero prestando especial atención a los indicadores que eviten el desastre. Para ello, vamos a aportar reflexiones en próximas entradas a este blog.

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